Esperamos, poco a poco, poder recopilar un anotaciones de nuestra maravillosa experiencia con una de las técnicas, más interesantes de nuestro patrimonio popular y que está, en estos momentos, a punto de desaparecer como técnica popular y artesana de supervivencia, la FILIGRANA.
La técnica de la filigrana consiste en entrelazar finos hilos de plata y oro, produciendo virtuosos dibujos. Se conoce este arte desde muy antiguo, ya que se han encontrado piezas de filigrana en tumbas egipcias, yacimientos etruscos y en la cultura griega.
No obstante, parece que como tantas cuestiones, la correa de transmisión de esta artesanía serán los orfebres del próximo oriente, donde destaca la filigrana elaborada en Siria.
En occidente parece que la línea de penetración se localiza en Francia, mientras que en la Península Ibérica su presencia se debe a artesanos de Al-Ándalus.
Pero la conclusión a la que llegan algunos estudios, es que los judíos de aquella lejana Damasco, fueron los que revolucionaron en las capitales hispanomusulmanas más importantes, como Córdoba, desde el siglo IX, la artesanía del entrelazado de hilos de plata y oro. En el caso de los musulmanes, se les estaban vetado la venta de productos por encima del valor por el que los habían adquirido. Por otro lado los cristianos, tendrán como pecado de portar piezas de plata y oro como decoración no religiosa, y el trabajo manual no estará bien considerado.
Pero la artesanía de la filigrana se quedará para siempre, en algunos lugares como Córdoba, incluso cuando los judíos sean expulsados, ya a partir del décimo siglo. Esta vez perpetuándose la elaboración de piezas en talleres situados en los corrales de vecinos. En tanto esto ocurría, los judíos extenderán la técnica de la filigrana por Europa
Llega un momento que por ejemplo la ciudad de los califas sobrevive en cierta manera del trabajo en plata. Toda la familia se sentaba en los bancos de trabajo a preparar piezas con las que montar las obras.
Pero el gran problema será la baja productividad. Este tipo de artesanía, embriagada por la perfección y la creatividad, consumía una gran cantidad de horas de trabajo manual. Esto hizo que los orfebres o simplemente supervivientes, abandonasen paulatinamente filigrana para realizar piezas más comerciales o para dedicarse a otros sectores más provechosos.
Ya en tiempo recientes, como en tantos sectores, los artesanos tienden a invertir en el ladrillo, por ejemplo. Otros por el contrario, abandonaron las firmas para las que fabricaban y decidieron apostar por la artesanía cordobesa de manera independiente.
Un hito significativo que hizo salta la filigrana al gran público, fue la utilización la restauración por parte de la hermandad del Gran Poder de Sevilla en 2014 de sus potencias de filigrana, las más antigua que posee el Señor. Un orfebre cordobés recuperó esta pieza de incalculable valor, que José Rafael de Góngora y su madre, hermanos muy vinculados a la hermandad, habían donado en 1861, pero que hacía muchos años que los sevillanos no disfrutaban.
El mercado del recuerdo turístico hace posible disfrutar de piezas inspiradas en monumentos o en otros objetos emblemáticos con forma de filigrana. Quizás los nuevos retos de esta artesanía sea la colaboración con productos tradicionales del mundo del diseño de complementos de moda textil, la decoración mobiliaria y la orfebrería representativa de alta calidad y coste, según nos comentan los artesanos con los que tuvimos el honor de comentar.